Exposición fotográfica de Simón Sánchez Sotomayor

Imagínese la imagen

 

Click. Abro y cierro mi único ojo. Click. Obturo la realidad a través de mi lente. Click. Algo queda detenido en el tiempo y el espacio. Click. Encuadro una escena teatral para memoria del recuerdo.

 

Soy una cámara Nikon modelo D 60, que registra el teatro de las artes y también el gran teatro de la vida. Mi dueño y señor es Simón Sánchez Sotomayor, quien me carga en sus manos como si de una hija se tratara.

El escenario es cualquier lugar donde el teatro en el Atlántico tenga presencia. Simón me lleva y me trae por pueblos, por pequeñas ciudades y por supuesto, por Barranquilla. En donde él es nacido, vive y trabaja.

 

Click. Capto un cuerpo femenino que se contorsiona. Click. Una cara hace presencia ante el lente de mi ojo. Click. Hago un guiño ante un grupo que se desplaza entre sombras. Click. Abre y cierra en milésimas de segundos mi diafragma y registra extrañas luces cenitales.

Simón anda conmigo todo el tiempo, y no me desampara ni de noche ni de día, como un Ángel de la Guarda. Él es joven todavía, y eso hace que sea osado en su cacería de imágenes, que persiga sus motivos con tenacidad y que tenga un amplio futuro, tanto cronológico como creativo.

 

Las fotografías, que he tomado de la mano de Simón, comienzan ahora su propia vida. Representaciones en donde el ser humano es el centro de la atención. Imágenes que comenzarán a circular en exposiciones, notas de prensa y catálogos, impresas para salvaguarda del tiempo que ya se ha ido.

Click. Lo retrato a usted que está frente a mí. Click. El espectador es parte de la obra. Click y punto final… por ahora.

 

Aníbal Tobón

En el mar de Salgar, 2012.

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