Por: Marcela Ramírez
Sin que el sol aun saliera a divulgar que pronto llegaría el día, el grupo emprendió el viaje a su segunda parada artística: El Carmen Norte de Santander, parte de la carretera pavimentada, pero la mayoría se mezclaba entre tierra, piedras y un paisaje seco y silencioso; en medio de la nada nuestra van de repente hizo una parada, el ejército Nacional pide que por motivos de una operación que se estaba haciendo a metros más adelantes debíamos esperar aproximadamente una hora, una hora que se alargó a dos, pero para nosotros fue mucho más pues el inclemente sol secó las gargantas y provocó la impotencia de no poder continuar con el camino.
La orden y el permiso de continuar fue dado, y así en unas horas llegamos al deslumbrante paisaje del Carmen, la bienvenida la dio sus calles empedradas, su clima refrescante, sus montañas impetuosas con un color verde único en nuestro país y un aroma a café recién molido, el primer abrazo nos lo dio la señora Laureana Carrillo Secretaria de Cultura.
Enamorados de tanta belleza arquitectónica la función fue presentada en la plaza central, los asistentes fueron de edades diversas, tuvimos la maravillosa experiencia de contar con niños recién nacidos hasta personas de 96 años, que conmovidos por la puesta en escena se acercaron al finalizar la presentación a los actores manifestando el agrado de saber que sus recuerdos aún siguen vivos y presentes en otros lugares del país, que esta historia no está enterrada y que su pueblo no esta olvidado, los niños entre su inocencia y espontaneidad se divirtieron en la función, y se fueron con preguntas y con ganas de conocer las novelas que sus antepasados guardan en estas calles silenciosas.
A las 20 horas nos dirigimos a la casa de la cultura a nuestro conversatorio, y los asistentes como en la función comprendía en edades diversas, niños, jóvenes, madres, abuelos, y ancianas que nos enamoraron con su mirada llena de sabiduría y hermosura. Poco a poco las palabras fueron pintando el ambiente, ya no se sabía de qué se hablaba, si de las impresiones que causo la obra Los Bandoleros, o los recuerdos e historias que se fueron contando, a nosotros nos conmovió la manera que nos hicieron participes de tantas emociones que causa regresar al pasado.
El señor Sanín López regaló a los asistentes la siguiente frase “El problema no son los conservadores ni los liberales, el verdadero problema de esta región es el miedo”. Al lado del profesor Gabriel Ángel Lozano Pérez, Roberto Portillo, La señora Candelaria nos contaron cada uno como su vida fue afectada de esta incoherente violencia, y de repente una voz joven impresionada por todos los relatos que sus abuelos le compartieron desde niño y que los vio en aquel escenario impetuoso nos manifiesta sus inquietudes artísticas, Aldemar Saravia un chico que llego con su rostro en búsqueda de más conocimiento.
Elías nos compartió que el presentar la obra Los Bandoleros en la plaza del Carmen donde sus antepasados amaron estas calles, ha sido muy significativa en su vida y conmovió su corazón, tanto que no compararía una presentación en esta plaza con alguna otra sea en Europa o en Latinoamérica. En este punto de la reunión Rosario sorprendió a los concurrentes con nuestro emblemático aperitivo azul y el bocadillo rojo azucarado.
Entre tantas emociones en el ambiente, el señor Wilson Barón con su voz fuerte y aguda contó su experiencia de niño, y luego con tan solo una mirada llamó a Aldemar para que con sus notas de guitarra lo acompañara en las canciones que compuso a su amado pueblo: El Carmen; Maravillosamente los adultos la cantaron y los más pequeños intentaron imitar esas frases tan enternecedoras. Salimos de la casa de la Cultura tarareando y tratando de recordar estas canciones … simplemente para no relegar….
Llego la mañana para nuestra evaluación de trabajo, asistió el consejo de Cultura, representantes de la Asociación de Municipios de Ocaña, después de delegar las tareas de parte y parte para fortalecer los procesos culturales y que el olvido no sea más participe de esta comunidad, nos despedimos de este pasaje tan enigmático, con tantas ganas de volver y poder conocerlo, tener la oportunidad de compartir con personas tan llenas de sabiduría.
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